¿Sabías que se puede comer con ron? Desde hace años, vengo trabajando
en tratar de conseguir la mejor de las armonías gastronómicas jugando con los
sabores, escuchando a las texturas,
recitando olores… Una de las mayores sorpresas dentro del mundo de los destilados
fue encontrarme con el Ron Zacapa Centenario solera número 23. Este ron de Guatemala es completamente
diferente del resto de los del mundo (todavía no a alguien que me dijese que no
le gustaba). Elaborado a partir de las mieles
vírgenes de la caña de azúcar, se mete en barricas de roble que estuvieron llenas
de Xerez, Bourbon y Pedro Ximenez, además de una cuarta tostada. Esto lo hacen todos los rones que elaboran
bajo la marca, pasando ente 6 y 23 años. Es un complejo y apasionante destilado
pero no queda ahí la cosa, porque uno de los mayores atractivos que presenta
Zacapa es su versatilidad y todo el juego que puede dar en la gastronomía. Sí, comida
con ron, suena raro y mas en el aquí donde bebidas como la sidra, la cerveza o
el vino son los grandes protagonistas de nuestras mesas cada día, pero puede hacerse
y con resultados que nos sorprenderían muy gratamente. Cogemos la botella de
Zacapa 23 y la ponemos en el congelador al menos 48 horas para que baje bien de
temperatura; entonces estará preparado para jugar con los platos, para asustar
si la probamos con unes cigalas a la plancha en un buen punto de sal, increíble
cuando lo acompañamos de unas buenas anchoas del cantábrico en salazón, para llorar
de emoción cuando su compañero es un graso hígado de pato y la mermelada del
propio ron. Pero si lo que queremos es disfrutarlo como trago largo, olvidémonos
de este sistema de frío, también los refresquitos, incluso podríamos pasar del hielo,
para ello solamente tenemos que meterlo a refrescar para que este sobre los
12-14 grados, en una copa o vaso en el que permita moverse para realzar los
aromas, descubriremos un tesoro escondido.
PVP: 45
€
Al
platu vendrás arbeyu
Hay muchos sitios en Asturies, donde encontrar
buena comida. Hoy os cuento dos cosas de
uno que merece la pena, V. Crespo, en la calle Periodista
Adeflor de Xixón, detrás del antiguo edificio de la Agencia Tributaria. Vicente Crespo al frente de una cocina de
autor, pero no por lo pequeño sino porque es propia, porque disfrutas de cada uno
de los sabores respetando la esencia mas ancestral; la sala la dirige
magistralmente su hijo Marcos, seguro que te hará sentirte como en casas, un
auténtico placer para los sentidos. Hay
un par de cosas imprescindibles, una de ellas las patatas con langostinos y
otra los medallones de pixín (rape) con salsa de oricios (erizos de mar).
Precio Medio: 35 €.
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