En estos tiempos
de locura gastronómica que corren, donde todo lo que tenga que ver con el comer
o el beber sirve de pretexto para hacerlo, quiero acercaros una colección de
sensaciones, dimes y diretes gastronómicos que espero que disfrutéis de la
misma manera que yo lo hago. En estos ya más de 15 años de experiencia en el
mundo de la gastronomía, he visto casi
de todo. He podido descubrir como lo que haces solo resulta de interés para
algunos medios cuando eres amigo de este o del otro o cuando le caes bien al periodista
gastronómico de turno. También he visto como la gente te critica gratuitamente
porque dices lo que piensas o simplemente porque ves las cosas, las corrientes,
las opiniones o simplemente a sus amigos de manera diferente a como lo ven
ellos y claro, lo cuentas. He descubierto que hay mucha gente que nada
tiene que ver con el mundo profesional en el que te mueves y te admira, incluso
compañeros que reconocen lo que haces y también te admiran, te aprecian de
verdad y se alegran de que triunfes. En muchas ocasiones ves como
algunos compañeros de este ¿gremio?, te saludan alegremente por los bares y te
muestran un falso cariño, aprecio… y luego vaticinan que fracasarás,
finiquitarás o dejarás tus proyectos a los tres meses. Pero sobre todo he visto
en todos estos años muchos, muchos, muchos envidiosos y envidiosas y
sinceramente no lo comprendo. Por último podría decir que en este
abanico de casi todo cosas malas, he visto mucho copión, gente que vive chupándole
la sangre, las ideas y lo que sea a otros para poder mantener negocios
mediocres abiertos. Pero también tengo claro que hay gente que realmente hace
un extraordinario trabajo cada día para vivir y beber de sus propias fuentes o
influenciados por alguien a quien admiran. Tengo claro que esta profesión
nuestra está llena de grandes apasionados y de personas que realmente no
pretenden sacarte los ojos para que no veas, sino que quieren navegar a tu
lado, gente que cada día se gana su pan con el sudor de su frente o con cientos
de horas sobre los fogones, en sus laboratorios, en sus viñedos, bodegas, salas
de barricas, detrás de una barra, haciendo las camas de un hotel…. En definitiva
gente sana que está en esto, porque vive la gastronomía. Yo vivo la gastronomía
y puedo aseguraros algo a todos y todas, “nunca dejaré de ser creativo”. Mi
compromiso contigo, que me estás leyendo ahora, no es otro que el de tratar de
buscar siempre algo nuevo que ofrecerte y algo atractivo para que no me pierdas
de vista.
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