Bodorrio tras bodorrio, banquete tras banquete se me confirman algo
que tenía claro desde hace tiempo y no es otra cosa que el gran negocio que son
los establecimientos de bodas y banquetes, especialmente aquellos que llevan ya
años y las inversiones las tienen amortizadas. Si nos detenemos a analizar lo
que es un menú de una boda, no deja de ser más o menos lo mismo que un menú degustación de un
restaurante pero infinitamente más caro. Está claro que una boda tiene mayores gastos en
apariencia, pero también es cierto que no hay riesgos. Si los novios dicen 100
pagan 100 y si dicen 500 pagan 500 por lo tanto se compra lo que se necesita para
cada celebración. Pero si el negocio es bueno con los adultos lo es mucho más
cuando se trata de los niñ@s, sin ir más lejos a mí en mi boda me cobraron 50 €
por niñ@ y el menú consistía en Croquetas, calamares fritos, empanadillas y jamón,
tremendo documento. Pero en fin los negocios lo son por eso y por lo menos hay
que exigir que el producto sea de calidad. Porque esa es otra fiesta. Muchos de
estos banqueteros además nos llenan de productos congelados de mala elaboración
que da pena verlos y que al comerlos te preguntas que haces allí a ese precio.
En muchos de estos establecimientos el servicio está plagado de extras a los
que no les importa lo más mínimo más que el transporte de platos y demás materiales
para al final embolsarse un buen sobre por unas horas de trabajo. Hace algo más
de una semana me invitaron a una cena de gala en un hotel donde sufrí una de
las peores cenas de mi vida, donde había que pedir por favor que te sirviesen
un poco de agua, donde solicite una copa y estoy todavía esperando a que
llegue, donde nos pusieron posiblemente la copa más sucia del mundo y me pregunto ¿tiene esto lógica alguna?, no,
pero nuestro grado de exigencia baja terriblemente en el mismo momentos que nos
ponemos a la mesa de un banquete, quizá porque ya hemos pagado previamente, o
ese pago lo asumió otra persona o quizá porque tu chip cambia y dice déjame beber
hasta que se me pase. En fin espero que nuestro grado de exigencia aumente para
que se termine el mal negocio banquetero. Y aquí van mis disculpas para los
muchos que bien lo hacen y que tienen un poco menos de negocio por ello.
Mi capricho, el niño mimado
En el año 2005 dos locos juntaron las ideas para sacar adelante un proyecto
artístico que daría como resultado Gotes 05. Yo había encontrado un viñedo prefilosérico,
que tenía unas viñas muy viejas de más de ciento cincuenta años, con una producción
tan escasa que varias de ellas daban solamente 1 racimo al año. A partir de ahí nace una historia de amor odio
en el que el artista (Pablo Sampedro) pensaba en arte y el enólogo (Serxu
Solares) pensaba en vino. Yo tuve muy claro lo que quería y Pablo también así
que una vez que el vino estaba en marcha había que comenzar a buscar todo el envoltorio.
Esta fue una tarea llena de dificultades por muchas razones, la primera porque
era mi primera experiencia vinícola al 100% responsable y tenía que encargarme
de la compra y búsqueda de proveedores que me diesen lo que buscaba y eso era
tremendamente difícil ya que necesitaba algo muy exclusivo y diferenciador.
Finalmente poco a poco fuimos adaptándonos y chocando contra muchas puertas que
no querían o podían darnos lo que buscábamos, claro se me olvidaba deciros que
detrás de mí estaba Pablo con su arte y me decía esta botella no puede ser
porque no funcionaría la pintura, esta capsula tampoco porque interviene en la
botella, esto tal y aquello cual y seguíamos buscando. Finalmente encontramos
una botella borgoña retro de 750g. en vacío, que se adaptaba muy bien a todo,
no sé por qué pero siempre me gustaron mucho este tipo de botellas. El tapón
estaba claro que tenía que ser de la mejor calidad y conseguimos que nos hiciesen
mil corchos natural flor. Necesitábamos
mil etiquetas y al final se hicieron al modo tradicional y se pegó cada una a
mano, la capsula negra con la marca del vino grabada en relieve en compuesto de
aluminio de mucha calidad, y finalmente llegó el momento caja, queríamos una
caja que permitiese que las 6 botellas se viesen a la vez al abrirla y nadie
nos la hacía en cartón, bueno si nos la hacían pero teníamos que comprar tantas
que en lugar de vino, hubiésemos vendido cartón. Al final la caja tuvo que ser
de madera pero eso nos dio una idea que convirtió a Gotes 05 en un vino único
por muchas razones pero por esta un poco más. Cada una de las tapas se
transformó en una obra de arte ya que estaban pintadas y firmadas por Pablo Sampedro,
así que esa caja que contenía 6 botellas
de otra obra de arte, serviría al acabarla como un elemento más decorativo del
establecimiento o casa y quién sabe si algún día en una obra millonaria. Finalmente
con una producción de 900 botellas numeradas de 75 cl. Y 8 Jerobean pintados también
por Pablo todos distintos y numerados salimos al mercado, y disfrutamos de este
Denominación de Origen Bierzo.
GOTES 2005
CATA EN 2010: Marcado color
oscuro con presencia de rasgos violáceos, en nariz tiene un elegante toque
especiado, acompañado de atractivos frutales. En boca es largo, potente, estructurado,
con el toque de acidez adecuado a la
vida que le queda por delante, fuerte tanicidad y final muy largo.
SERVICIO: a 16º C Conviene
sacarlo de la botella y jarrearlo en un decantador con el fin de que los aromas
mas ocultos salgan. Esto tiene de hacerse una hora por lo menos antes de degustarlo
por lo que es conveniente que se tenga en cuenta para la temperatura.
PVP Aproximado: 50 €
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