En 1880, la familia Marnier Lapostolle sacó al mercado por primera vez
la botella en forma de alambique y cordón rojo con el sello de lacre, desde entonces
se mantiene prácticamente inalterable. Actualmente aquel licor está presente en
más de 150 países, vendiéndose una botella de Grand Marnier en el mundo cada
dos segundos. Grand Marnier Cordón Rouge es uno de esos tesoros a los que
cuesta sacarles provecho. En muchos establecimientos hay una botella de estas en
la estantería puesta como un adorno o para servir sobre algún postre, pero
Grand Marnier es muncho más que un licor
de naranja: el 51% de cada botella es Cognac y el 49% la esencia de una de las
naranjas más aromáticas, la Citrus Bigaradia.
Esta mezcla secreta hace a este licor único y claramente diferenciado
del resto.
GRAND MARNIER
Grado Alcohólico: 40% del volumen
CATA: Marcado toque de
naranja y dulce con recuerdos nítidos de Cognac y toda su elegancia. Es largo y
sabroso. Transformándose cuando lo servimos directamente del congelador por debajo
de los cero grados, entonces se suavizan todos los matices para realzarse la
elegancia del producto.
SERVICIO: En copa
degustación directamente del congelador por debajo de cero va a sorprendernos o
lo acompañamos de la tónica Fentimans con hielo, una cortecita de naranja y
otra de limón verde. Perfecto para la Coctelería en propuestas como el Cosmopolitan
o la Margarita, es una forma de darle un toque de elegancia a estas
preparaciones.
PVP Aproximado: 23 €
Culete a la Perfección |
Carretera Carbonera junto al parque bomberos de Xixón
Precio Medio: 15 €
Calificación: 8/10 (Sidrerías)
Hace años que abandonó aquel rancio aspecto de “chigre” viejo pero con la reforma no se escapó nada de
lo bueno que tenían. En Ferino puedes disfrutar de las mejores viandas pero sobre
todo de la sidra de calidad. La sidrería es siempre bulliciosa y hasta la
bandera de gente pero después tiene otros tres ambientes: un comedor pequeño
perfecto para las comidas de trabajo, otro mediano para diario y el grande que es
como estar en la sidrería pero sin estarlo. Al frente del negocio está su
propietario, Jorge, que siempre está tratando de sorprendernos con sus
caprichos gastronómicos. Es importante
la selección de destilados que tiene. En la barra Héctor, en la sidrería Pablo,
no conozco nadie mejor que él para escanciarte la sidra y refunfuñando para un sitio
y para el otro el siempre eficiente Pepe. En Casa Ferino hay varias cosas que
no pueden perdonarse, unas “andariques” cuando tienes suerte, los callos (yo me aficioné a ellos aquí), el “cachopu” que
sirven en tres tamaños pero que cualquiera de ellos es un escándalo y la cecina
con queso de cabra.
Pablo Entregando un Culete de Sidra |
Jorge Atento siempre a la jugada |
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