Me embarqué casi por casualidad
en esto de la gastronomía en 1996 y digo casi por casualidad porque de no haber
sido por un curso que hice de Barman Master en coctelería internacional en un
periodo en el que no tenía claro que hacer con mi vida, nunca hubiese llegado a
donde estoy. Durante todos estos años, dieciséis ya, he visto de todo, he
disfrutado mucho, he conocido a gente estupenda, he visto como crecía y
decrecía nuestra gastronomía, como evolucionaba el mundo del vino y
recientemente el de la coctelería, las copas cuidadas y la gastronomía mas
innovadora. En todo este tiempo me he tropezado con personajes de todo tipo y
me he creado muchos enemigos por decir lo que pensaba, por hacer críticas que
muchas veces se entendieron como destructivas en lugar de lo contrario, como
elemento de acompañamiento a quien pretende que la hostelería sea mejor. Pero
desde que abriese La Galería del Vino en enero de 1998 y previamente gerentease
el Museo del Vino en 1997, me he dado cuenta que quizá corra demasiado, que
quizá pretenda ser demasiado innovador en una ciudad acostumbrada a otras cosas
o a la que le cuesta cambiar las costumbres. En todo este tiempo me he
perdido muchas cosas por estar siempre buscando fórmulas para mejorar y eso
muchas veces no ha sido comprendido. Aquí no vale ser el que mas te cuida,
solo vale ser el que mas te vende. La política de la distribución muchas veces
es la de mimar al que almacena mas que al que enseña, prestigia y mima el
producto. Nosotros desde la otra vertiente de nuestra empresa, desde Serxu
Solares Wines, nunca creímos en ese tiempo de venta, no la hacemos. Ya hace
muchos años cuando trabajaba con Joan Raventos Rossel que creamos una fórmula original
para vender mas, que era incrementar el precio base de nuestros vinos y aplicar
una promoción de 5+1 cajas, de manera que cuando vendíamos la promoción ganábamos
el precio real, cuando no, nuestro precio estaba sobredimensionado. Esas
grandes promociones están pensadas para mover producto, producto que yo no
tengo y por lo tanto, preferimos invertir todos nuestros esfuerzos mejorando año a
año la calidad de lo que vendemos. Pero sobre todo en todos estos años de
profesión me he encontrado con los amig@s gastronómic@s, en el mundo de la
gastronomía, como muchas veces en la vida, es muy facil utilizar la palabra
AMIG@, cualquier persona con la que compartes una cena o unas horas ya se
convierte en amig@, yo he tenido much@s que con el tiempo demuestran no serlo,
much@s que se aprovechan de las circunstancias, los momentos o tu posición para
ser amigos, para poder sacar de tí algo y luego dejan de serlo, muchos que
mientras pueden verderte o puedes regalarles o puedes formarles, cubrirles un
evento... son tus amig@s pero que nunca están cuando los necesitas. Muchas
veces te encuentras con amig@s que te llenan la inauguración de alguno de los
locales que asesoras, de los espacios que creas o que te llaman para que les
des una invitación para el evento que organizas, sin embargo pasa el tiempo y
no vuelves a verles hasta que montas otro sarao. Esos amig@s gastronómicos se
evaporan con la facilidad que lo hace el agua al hervir, son mas volátiles que
el nitrógeno liquido a temperatura ambiente, son tan frágiles como el hielo
seco a 30ºC, en fin que son conocidos y a veces ni siquiera eso. Todos estos
años dan para mucho, yo tengo claro que seguiré en el mundo de la gastronomía,
que trataré de seguir creando, innovando, desconozco con que proyectos y le
pese a quien le pese, seguiré peleando, aunque para muchos esto esté plagado de
fracasos, yo creo que son éxitos de aprendizaje y valentía para mirar
hacia adelante. Siempre escuché los consejos, siempre tomé en
consideración las palabras que sumaban, hace tiempo que me dan igual las que
restan.
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